dilluns, 28 de juny del 2021

un ballo in maschera


El Liceu inaugura su temporada con "Un ballo in maschera", con Piotr Beczala al frente 

Escrito por Alejandro Martínez 

Publicado: 08 Octubre 2017 

Concordia y generosidad Barcelona. 

7/10/2017. Gran Teatro del Liceo. Verdi: Un ballo in maschera. Piotr Beczala, Keri Alkema, Carlos Álvarez, Dolora Zajick, Elena Sancho y otros. Dir. de escena: Vincent Boussard. Dir. musical: Renato Palumbo. 
Las extraordinarias circunstancias políticas y sociales que Cataluña y por consiguiente España atraviesan en los últimos días hacían presagiar que la apertura oficial de la temporada de Liceo, tras las funciones de Il viaggio a Reims en septiembre, pudiera tener resonancias más allá de lo estricta y meramente musical. No en vano en una de esas funciones de la ópera de Rossini parte del público entonó Els Segadors y hace apenas unos días, en repulsa por los sucesos violentos del 1 de octubre, el coro del teatro entonó el ‘Va pensiero’ en Las Ramblas. Y sin embargo, el bajo perfil institucional de los allí congregados -sin alcaldesa de Barcelona, sin presidente de la Genealitat y con el subdirector del INAEM como máxima autoridad del Estado español, invitaron quizá a que la jornada transcurriera sin sobresaltos, como ajena al contexto general en el que se enmarcaba. Sea como fuere es inevitable trazar algún nexo entre el citado contexto sociopolítico actual y el libreto de Un ballo in maschera, una ópera donde Verdi abunda una vez más en su ideal patriótico entendido no obstante como un afán tan liberador como conciliador. De modo semejante a como sucede con Simon Boccanegra, el personaje de Riccardo/Gustavo es una autoridad generosa, alguien que busca la conciliación y que es capaz de perdonar, yendo en contra incluso de sus propias pasiones (‘Cor si grande e generoso’). Ojalá ese espíritu de concordia y generosidad impregne también el actual contexto sociopolítico. Tras su extraordinario Werther de la temporada pasada Piotr Beczala no defraudó en su regreso al Liceu -volverá de nuevo con el Rodolfo de Luisa Miller-. En plena forma vocal, tiene ya cogida la medida al complejo y engañoso rol de Riccardo, cuya escritura vocal ha hecho naufragar a no pocos tenores líricos. Durante nueve años Beczala ha paseado ya su interpretación de este papel por los principales escenarios internacionales, de Múnich a Nueva York pasando por Viena. Elegante y seguro, confirmó que es un tenor en plenitud, opción segura para un repertorio donde tiene poca competencia a día de hoy. Con una voz de tintes dramáticos y aires de spinto, aunque con un material bastante anónimo, la soprano Keri Alkema se impuso como Amelia a partir de una técnica sólida aunque desigual, mucho más capaz a la hora de regular el sonido que cuando ha de redondear las notas en el tercio agudo del pentagrama. Alkema reemplazaba a la originalmente prevista Ekaterina Metlova. Fue precisamente con Un ballo in maschera en 2008, en Madrid, cuando el via crucis empezó para Carlos Álvarez, ya hoy felizmente recuperado y plenamente repuesto de su afección vocal. Desde entonces, casi una década después, no había vuelto a cantar el Papel de Renato, una parte que defendió en el Liceu con un aplomo y rotundidad admirables. Recuerdo perfectamente lo que me dijo Roger Alier cuando salimos de ver a Álvarez como Don Giovanni en Peralada en 2012: ‘Nunca pensé en volver a escuchar a Carlos Álvarez cantando a este nivel’. Seguramente el propio barítono malagueño tampoco, como bien nos contó en una entrevista. Por eso estas dos únicas funciones de Un ballo in maschera en el Liceu tenían un significado especial, cerrando un ciclo y confirmando a Álvarez -si es que quedaban dudas- como un cantante de talla histórica para la lírica española. A buen seguro han pasado ya los mejores años para Dolora Zajick, que sigue siendo una intérprete de autoridad indudable pero con unos medios cada vez más mermados en los extremos, con una proyección atenuada y con un fraseo no siempre incisivo. Espléndida en cambio la soprano donostiarra Elena Sancho como Oscar, regresando al Liceo tras su convincente Sophie de la temporada pasada en Werther, también entonces junto a Beczala. Elena Sancho lo tiene todo -voz brillante, técnica sólida y presencia escénica- para convertirse en una voz española de éxito internacional, como bien confirma ya su agenda por Alemania. Decepción mayúscula con la producción firmada por Vincent Boussard y su equipo, incluido el responsable del vestuario, el diseñador francés Christian Lacroix. Recibieron de hecho algunos discretos pero audibles abucheos al término de la función. Y es que la propuesta no podría ser más pálida y más desnortada. La combinación de elementos rozando el absurdo y el ridículo -ese coche teledirigido...- con la mera ausencia de cualquier dramaturgia sostenible y una dirección de actores mínima hicieron de la representación un tedio absoluto. El vestuario de Christian Lacroix no fue tampoco digno de su renombre -particularmente desafortunada la guisa del coro en el baile de máscaras propiamente dicho-. De hecho, por momentos la representación se antojaba, en términos escénicos, poco más que una pasarela para sus diseños. La escenografía misma, concebida para el Capitole de Toulouse, planteaba una caja que reducía el espacio escénico natural del Liceu y generaba una acústica desigual y por momentos poco favorable. Sin lugar a dudas, una opción muy deslucida para abrir la temporada oficial del Liceu. No terminó de entusiasmar la batuta de Renato Palumbo en el foso. Al margen de algunas disrepancias sobre los tiempos escogidos en algunas escenas, decepcionó sobre todo la solución un tanto caligráfica y demasiado literal con la que impulsó el fraseo. Un fraseo a decir verdad poco imaginativo, nada ilusionante, más preocupado por el sonido que por el teatro. Evidentemente Palumbo tiene oficio -le recuerdo una estupenda Aida aquí mismo, en el Liceu, hace un lustro- y supo sostener la función, con despuntes puntuales de talento como el brillante crescendo hacia el concertante final con el coro. Buen desempeño el de la orquesta titular del teatro, no así el coro que mostró evidentes desajustes en el último acto, algo por debajo de su solvente nivel habitual.

 

TV - UN BALLO IN MASCHERA - 2017 - 8/10 - Liceu - Renato Palumbo, Vincent Boussad - Piotr Bveczala, Keri Alkema, Carlos alvarez, Elena Sancho, Dolora Zajick